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jueves, 18 de abril de 2013

John Wayne

 John Wayne, John Wayne... no parece necesario escribir nada más. Me vienen tantas cosas a la cabeza asociadas a ese nombre que no consigo ordenarlas. John Wayne, el hombre, el héroe, el amigo noble que nunca te deja tirado. Figura inigualable, representó en mi infancia el paradigma, aquel con el que comparaba a todos los demás en mi intento de forjarme una personalidad: "Mi padre es muy John Wayne, mi tío es menos John Wayne pero más Dean Martin (otro que me marcó, pero eso es otra historia),..."

 A todo esto yo era un chaval normal, delgadito, tranquilo y nada John Wayne, pero algún día sería como él y a aquel gilipollas de turno le soltaría la mítica frase de la peli "la diligencia": "Liberty, ese bistec era para mí" y el fulano se quedaría planchado, acojonado perdido mientras todos alrededor cuchichearían lo valiente que soy y lo bien puestos que los tengo. Lógicamente, las churris se morirían por mí pero yo, tan caballero, les perdonaría la vida y las dejaría allí plantadas, suspirando y teniendo que conformarse con el resto de mortales. En fin, menuda paja mental me acabo de hacer. A lo que iba, cuando alguien me decía que no le molaban las pelis de John Wayne automáticamente pensaba "este no tiene ni pajolera idea". Cómo podían no molarte las pelis de John Wayne? Dios mío, pero qué corazon frío tienes ahí dentro, chaval? Además cuando se ponía cómo las besaba, buf, qué arte tenía el condenado. Las enganchaba como diciendo "vente p´acá que vas a ver lo que vale un peine" les daba una vuelta que las dejaba extasiadas y pumba, loquitas perdidas se quedaban (eso sí, nunca metía la lengua, eso no era nada John Wayne) ... y yo me preguntaba "pero cómo sabe besar tan bien este cabrón si se pasa la peli entera en el desierto?... será que practica con el caballo?" Como nunca tuve caballo me quedé sin saber la respuesta.


El caballo era lo único que nunca me cuadraba en las pelis de John Wayne. Todos parecían montar a caballo menos John Wayne, que parecía que montaba un pony. Dadle un caballo como Dios manda, cojones! Qué es John Wayne!!!! Yo le habría dado un percherón, ese caballo sí habría estado a la altura del semidios que lo montaba.

 Pero bueno, los años pasaron y mi pasión por John Wayne nunca se desvaneció, desde aquellas tardes de domingo en las que esperaba ansiosamente que la película de la semana en la tele estuviese protagonizada por él (sí, por él, quién si no?) hasta hoy en día, que espero ansioso el momento de ir al juzgado con mi hijo en brazos y otorgarle ese nombre que lo hará ser único e inimitable... JOHN WAYNE .

PD. Si mi mujer me deja, claro, porque ella es más John Wayne que yo.

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